Quiero ayudarte a ti, hermano o hermana LGBTIQ+, que te sientes confundida y padeces el menosprecio y la violencia de la homofobia social y la homofobia interiorizada, que has sufrido el rechazo de la iglesia; a ti, madre o padre incomprendido y señalado, que no aceptas a tu hijo gay o a tu hija lesbiana porque sientes que vas en contra de Dios y de la iglesia, o que habiéndole aceptado, sufres el oprobio y la incomprensión de tu comunidad; a ti, hermano consagrado o sacerdote, que tienes una orientación sexual diversa y vives en conflicto; a ti, que reconoces la necesidad de debatir sobre la postura de la iglesia respecto a la sexualidad, la diversidad sexual y la identidad de género. Quisiera poner mi granito de arena. Quisiera que también tú puedas y sepas afrontar con inteligencia las situaciones angustiosas que vives y te causan daño. Siempre me he entregado al excluido. A lo largo de los años en que ejercí el ministerio sacerdotal dentro de la iglesia me he ocupado, principalmente, de las personas que la sociedad rechaza. ¿Cómo no iba yo a tenderte la mano, siendo yo mismo uno de esos rechazados?
Show More
Show Less