La neurociencia está planteando que, en muchos casos, la causa de la ansiedad puede estar más allá de la inseguridad, el agobio, la incertidumbre o el miedo; puede ser un estado provocado por desequilibrios eléctricos y químicos en un cerebro mal regulado, originados concretamente por una cantidad demasiado baja de ondas alpha y otra demasiado alta de ondas beta. El doctor James Hardt concluye en sus estudios que hay una clara correlación entre el incremento de las ondas alpha y la reducción de la ansiedad y la depresión, y Tony Robbins declara que “no hay problema que no pueda ser solucionado en alpha.”
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