En este ocasión os voy a plantear un tema que no suele dejar a nadie indiferente y que debería estar en la mente de cada uno de nosotros: vamos a hablar de la sostenibilidad, y lo vamos a plantear de una forma sencilla, para que se entienda lo mejor posible de qué estamos hablando. Sobre todo para aclarar como de real es esa idea sobre los riesgos catastróficos del no hacer nada y tratar de entender mejor el verdadero significado del compromiso con ese reto del Desarrollo Sostenible que tanto escuchamos por todas partes, pero sin entrar en matices de carácter ideológico a favor de una u otra postura; mejor centrémonos en lo posible en los hechos y los números conocidos, para que cada uno, de forma individual, saque sus propias conclusiones. De entrada, creo que estaremos de acuerdo en que hay un movimiento creciente y cada vez más importante de la sociedad que defiende una postura muy crítica al respecto del camino que llevamos como civilización y de la falta de compromiso existente sobre temas que nos afectan o afectarán a todos en un futuro muy próximo. El mensaje que transmite este movimiento es interpretado por muchos como catastrofista y agorero, ya que defiende la idea de que la humanidad está acercándose al borde del abismo por el modo en el que comporta con su entorno, y que la inacción ante esta dirección que llevamos ya no es una opción si queremos que nuestros hijos y netos tengan un lugar donde vivir de forma razonable, en lugar de un mundo contaminado, sin recursos básicos y lleno de conflictos por ello. Pongamos que es cierto eso de que realmente vamos camino de un punto en el que lo que entendemos por sociedad o incluso por civilización, no pueda sostenerse más y se venga abajo en una reacción en cadena imparable. ¿Podría suceder algo así?. Pues siendo pragmáticos y analizando la información disponible, empieza a parecer realmente factible que eso ocurra en tan solo un par de décadas. Si eso es cierto, ¿te das cuenta de lo que estaría en juego? las futuras generaciones enfrentarán desafíos enormes, mucho peores que los que ya sufren hoy. ¿Es eso lo que queremos para nuestros hijos? A ver si con lo que voy a explicarte consigo, si es que no lo estás ya, que te posiciones al respecto o incluso que pongas en duda la propia visión que tenías hasta ahora del problema. ¿La sostenibilidad es un lujo o una necesidad urgente?. ¿Porque se supone que somos responsables de forma individual y colectiva del problema? Un día me tropecé con un proverbio indio americano que decía: "No heredamos la Tierra de nuestros antepasados, sino que la tomamos prestada de nuestros hijos." Al comentarlo en una tertulia de sobremesa entre familiares y amigos, se inició un interesante debate en el que hablamos, entre otras cosas, sobre la cantidad de comida desperdiciada a diario y sobre los residuos que se generan. Estábamos todos de acuerdo en que realmente son muchos y en que éste es un factor más de afectación a la economía familiar que se añade a otros que son muy conocidos. Fue una conversación en la que se compartieron diferentes puntos de vista de personas adultas y de jóvenes que tienen toda la vida por delante sobre el mundo que ellos y las generaciones futuras van a heredar. Independientemente de la sensibilidad ideológica individual, todos estaban más o menos de acuerdo en que ese futuro es inquietante, lo bueno es que aún hay una percepción de esperanza, en buena parte por la creciente sensibilización de la sociedad. No obstante, la opinión general parece dar a entender que el problema es que, ante la degradación de los ecosistemas, de los recursos naturales y de la calidad de vida de las personas, no se avanza lo bastante rápido y todavía no hay suficiente concienciación sobre la realidad que se nos viene encima y aun menos sobre la responsabilidad que tenemos todos para luchar contra ello. Al finalizar esta tertulia, todo esto me hizo reflexionar y plantearme ciertas cuestiones sobre ese tema e hice alguna lectura sobre eso que llaman "objetivo global por la Sostenibilidad", más que nada para tratar de entender mejor donde estamos y hacia donde vamos, en lugar de quedarme en los grandes titulares, que parecen variar en función del interés político o económico de quien lo escriba. De todo lo que obtuve de esa información, os voy a hacer un resumen con números muy elocuentes para tratar de describir, de una forma fácil de entender, el escenario al que nos estamos enfrentando: Por ejemplo: podemos empezar por el número… • 77 77 son los kilos de comida que, según el Ministerio de Consumo español, se desperdician por habitante de este país al año. De estos 77 Kilos, más o menos el 60% corresponde a los hogares, y un 40% se lo reparten los restaurantes, (un sector muy potente en España) y el comercio minorista, es decir, el que vende productos y servicios directamente al consumidor final. Si esos 77 Kilos por habitante os parecen ...