EL FARO DE LYCON

By: Miguel Ángel Beltrán
  • Summary

  • Bienvenidos a El Faro de Lycon. Soy Miguel Angel Beltrán, creador de este podcast donde compartiré contigo historias apasionantes sobre grandes cuestiones y enigmas que intrigan o preocupan a la sociedad. Exploraremos nuestra historia pasada, pero también los desafíos a los que nos enfrentamos en el presente y las incógnitas que se abren para el futuro. Te invito a acompañame en esta aventura de reflexión y conocimiento.
    © 2025 Miguel Ángel Beltrán
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Episodes
  • 87 - El alma eterna: ¿Existe una esencia inmortal?
    Jan 10 2025
    Hoy vamos a tratar otro tema fascinante, hablaremos de la existencia o no de un alma eterna o de una esencia inmortal en los seres vivos en general y en el ser humano en particular. Este es un asunto que siempre ha intrigado a la humanidad, así que he investigado un poco sobre ello y quiero compartir aquí algunas reflexiones. Sin duda hay dos grandes perspectivas que plantean posibles respuestas a esa cuestión: la científica y la espiritual. Ambas tratan de confirmar o refutar la idea de que, más allá del funcionamiento de nuestro cuerpo orgánico y, en particular, de nuestro cerebro, existe lo que llamamos un "alma" o dicho de otra forma, una especie de forma inmaterial de nosotros mismos que es lo que nos da la percepción de vida, la conciencia y la personalidad. La ciencia ha abordado a lo largo de la historia la naturaleza de esa idea desde varios enfoques. Eso sí…, sin llegar a una conclusión definitiva, sino más bien a unos resultados que, de en cualquier caso, no resuelven del todo la gran cuestión. Empecemos con la neurología. Este campo estudia el cerebro y su funcionamiento. Los neurólogos afirman que muchas de las cosas que atribuimos al concepto de alma, como la conciencia, los pensamientos y las emociones, están profundamente conectadas con la actividad cerebral, y que no dejan de ser el resultado de esa actividad y no parte de una especie de esencia divina que viene adherida de serie a nuestro cuerpo cuando nacemos. Por ejemplo, se sabe que ciertas áreas del cerebro se activan cuando sentimos amor, miedo o felicidad. Esto sugiere que lo que llamamos "alma" podría ser simplemente el reflejo de la compleja actividad de nuestro cerebro. No obstante, no aclara del todo como puede transformarse esa actividad cerebral en conciencia de nuestra propia existencia. La psicología se centra más en el comportamiento humano, y plantea una idea similar a la anterior, añadiendo que lo que entendemos como "alma" no se trata de algo fijo e inmutable adquirido al nacer, sino que es una identidad generada por el cerebro que va cambiando con el tiempo y las circunstancias. Incluso en el campo de la biología evolutiva, que estudia cómo los seres vivos han cambiado a lo largo del tiempo, hay científicos que se atreven a afirmar que la conciencia y, por ende, lo que tradicionalmente muchos entienden como el alma, podrían ser un simple resultado evolutivo que nos ha aportado la habilidad de adaptarnos. Es decir, ser conscientes de nosotros mismos y de nuestra situación en el entorno nos ha ayudado a sobrevivir y a prosperar como especie. En definitiva, lo que la ciencia plantea es que no podemos concluir que exista el alma como una especie de esencia de nosotros mismos, la cual obtenemos al nacer y mantenemos durante toda nuestra vida biológica, hasta que al finalizar esta, esa "alma" pasa a otro plano de existencia, pero no desaparece. Entonces, ¿qué podemos concluir de todo esto desde una perspectiva científica? Lo que está claro es que la ciencia no ha encontrado pruebas definitivas de que exista un alma inmortal en el sentido tradicional del término, pero tampoco puede descartar lo contrario. Lo único que puede confirmar es que nuestra conciencia y percepción de nosotros mismos son fenómenos increíblemente complejos y fascinantes para los que todavía no hay una explicación definitiva. Indaguemos entonces en la visión espiritual sobre el asunto. Qué se dice desde este otro lado sobre la existencia del alma eterna y de una esencia inmortal. La idea del alma eterna es algo que aparece en muchas culturas y tradiciones. Desde los antiguos egipcios, que creían en la inmortalidad del alma y la vida después de la muerte, hasta las religiones modernas, donde el concepto de "alma" es un elemento central en el ser humano. Uno de los puntos de partida en la mayoría de las religiones, y a diferencia del planteamiento científico, es que el "alma" es nuestra conciencia y la esencia más profunda de nosotros mismos; algo que está ligado con nuestra existencia física, pero que en ningún caso es el resultado de ella ni un simple reflejo de la actividad cerebral. Y para explicarlo, plantean diferentes visiones, algunas de ellas realmente fascinantes. Hay teorías espirituales que sugieren que el alma no está confinada en el cuerpo físico, sino que es una energía que está asociada a él y que va más allá de nuestra conciencia. Esta idea es defendida por muchas personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte, donde han coincidido entre ellas al explicar las mismas percepciones sobre sensaciones de paz, amor y una conexión profunda con algo más grande que la propia existencia terrenal. La reencarnación es otra teoría que vale la pena mencionar. Esta creencia, presente en tradiciones como el hinduismo y el budismo, sugiere que nuestra alma pasa por múltiples vidas, aprendiendo y evolucionando con cada experiencia; una perspectiva interesante sobre el propósito de ...
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    11 mins
  • 86 - La paradoja de Fermi: ¿Donde están las civilizaciones extraterrestres?
    Jan 5 2025
    En este episodio vamos a adentrarnos en un tema que ha desconcertado a científicos y entusiastas de la exploración espacial durante décadas; abordaremos una de las preguntas más intrigantes de la humanidad: ¿estamos solos en el universo? Hagamos cuentas… Se estima que solo en nuestra galaxia, la Vía Láctea, hay unos 200.000 millones de estrellas y que hay cientos de miles de millones de galaxias en el espacio observable (sí…, he dicho cientos de miles de millones de galaxias), y cada una de ellas cuenta con un número similar o incluso mucho mayor de estrellas que la Vía Láctea. Gracias a los avances en los telescopios modernos y en base a las investigaciones realizadas hasta ahora, se ha llegado a la certeza de que un porcentaje muy elevado de esas estrellas cuenta con planetas orbitándolas, y que algunos de esos planetas podrían reunir características compatibles con la vida tal como la conocemos. Por la abrumadora cantidad de planetas que supuestamente hay en el universo, lo lógico es pensar que en un determinado porcentaje de ellos existan esas condiciones y que la vida sea más común en él de lo que podemos imaginar, incluyendo vida inteligente y suficientemente avanzada como para poder explorarlo. Uno de los científicos pioneros en la búsqueda de vida fuera de nuestro planeta fue el astrónomo Frank Drake, reconocido por los importantes estudios que realizó sobre Venus y Júpiter, además de otras importantes aportaciones en su campo. Drake lideró un proyecto llamado Ozma, que atrajo a muchos científicos de renombre para crear un taller de debate sobre la búsqueda de vida más allá de la Tierra. Para poder guiar esos debates entre los científicos de una forma razonable, Drake empezó a hacer una lista de factores que permitieran estimar de alguna forma la frecuencia posible de vida en otros planetas teniendo en cuenta la información disponible. Entonces, se dio cuenta de que ese planteamiento se podría plasmar en una ecuación que tomara todas las variables posibles y que permitiera hacer una estimación razonable de un posible número de civilizaciones detectables que podría haber en la Vía Láctea en función de la información existente. De esta forma surgió la conocida como Ecuación de Drake. La ecuación contempla factores como la tasa de formación de estrellas, el porcentaje de ellas que tendrían planetas orbitándolas y el número de estos planetas que orbitarían a una distancia razonable de su estrella, además de reunir características geológicas adecuadas para la vida. Sobre ellos, habría a su vez un porcentaje planetas que correspondería a los habitados por civilizaciones inteligentes, cuantas de ellas habrían desarrollado capacidades comunicativas y durante cuánto tiempo podrían mantenerlas. En todo caso, hay que aclarar que la ecuación de Drake en sí no proporciona un número exacto de civilizaciones comunicativas en la galaxia, sino que simplemente ofrece un marco para poder hacer estimaciones y supuestos basados en datos disponibles. El valor final depende de la exactitud de los valores asignados a cada uno de los factores de la ecuación. Obviamente, a medida que la tecnología avance y aporte datos más concretos y confirmados, la fórmula ofrecerá también un mejor análisis. ¿Pero cuál sería el número con los datos disponibles a día de hoy? Las estimaciones que manejan los científicos plantean que podría haber desde cientos hasta millones de civilizaciones comunicativas en la galaxia, aceptando eso sí, que estos números están basados en nuestra comprensión actual del universo y de lo que se sabe de él. Si aceptamos esta lógica, el asunto nos lleva a un dilema muy interesante conocido como la Paradoja de Fermi, la cual plantea una pregunta aparentemente sencilla pero muy profunda. Si el número de planetas en la galaxia es tan enorme, ¿por qué no nos ha llegado ninguna señal de ellas hasta ahora? La Paradoja de Fermi debe su nombre a un físico italiano llamado Enrico Fermi. Fermi fue un científico brillante, conocido por su trabajo en el desarrollo del primer reactor nuclear y por recibir el Premio Nobel de Física en 1938. También participó en el Proyecto Manhattan, en el que se desarrolló la bomba atómica Un día, durante una conversación casual con colegas del Laboratorio Nacional de Los Álamos, en la que se debatía sobre la posibilidad de que existieran miles de civilizaciones extraterrestres, en nuestra galaxia, Fermi planteó esta simple, pero inquietante pregunta: Si eso es así, ¿dónde están todos?' Esa cuestión ha resonado desde entonces, desafiando las expectativas de nuestra comprensión del universo. La paradoja es la aparente contradicción entre la alta probabilidad de que exista vida extraterrestre fuera de nuestro planeta y la falta de evidencia de su existencia. Con tantos miles de millones de estrellas y muchos más de planetas solo en nuestra galaxia, cabría esperar que a estas ...
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    12 mins
  • 85 - Manipulación del Clima: ¿Realidad o Conspiración?
    Dec 30 2024
    ¿Es posible que grandes potencias estén utilizando tecnologías avanzadas para controlar el clima con fines oscuros? Vamos a explorar lo que se sabe de ello; las razones o intereses que pueden haber para hacerlo y las supuestas tecnologías y experimentos de los que se está hablando, para intentar aclarar qué puede haber de verdad detrás de ciertas teorías sobre posibles conspiraciones de gobiernos o poderes ocultos. Para empezar, hagamos un poco de contexto histórico. La idea de manipular el clima no es nueva. Desde los rituales antiguos para invocar la lluvia hasta los experimentos científicos modernos, la humanidad siempre ha buscado formas de influir en el clima. Por ejemplo, uno de esos experimentos conocidos y confirmados se inició en la década de 1960, se llamaba Proyecto Stormfury. Este proyecto fue un experimento científico llevado a cabo por el gobierno de los Estados Unidos entre 1962 y 1983, cuyo objetivo principal era investigar la posibilidad de debilitar huracanes mediante la siembra de nubes con yoduro de plata. La hipótesis era que al introducir partículas de yoduro de plata en las nubes, se induciría la formación de cristales de hielo, lo que alteraría la estructura interna del huracán y reduciría su intensidad. Lo cierto es que algunos de las pruebas iniciales que se realizaron mostraron resultados prometedores, pero más tarde se demostró que los huracanes no sembrados con yoduro de plata a menudo experimentaban los mismos cambios estructurales que se esperaban de los huracanes que sí eran rociados con él, lo que puso en entredicho los resultados iniciales y el proyecto fue finalmente cancelado. Pero no todo fue en vano. A pesar de que el Proyecto Stormfury no logró su objetivo de reducir la intensidad destructiva de los huracanes, los datos de observación y la investigación sobre su ciclo de vida ayudaron a mejorar la capacidad de los meteorólogos para predecir su movimiento e intensidad. A pesar del fracaso, la cosa no quedó aquí, hubieron más proyectos conocidos relacionados con el intento de manipular el clima. Uno de ellos fu e coordinado por la Organización Meteorológica Mundial y se llevó a cabo en España, concretamente en la provincia de Valladolid. Esto fue entre 1979 y 1981. En esta ocasión, se acudió nuevamente a la técnica de sembrar nubes con yoduro de plata para intentar aumentar la precipitación artificialmente. El intento tampoco tuvo el éxito deseado, aunque también proporcionó algunos datos valiosos sobre el comportamiento de las nubes y de la precipitación que sirvieron para nuevos estudios posteriores. Otro de los proyectos de los que se tiene constancia, fue el realizado por el gobierno chino en Beijing, en el año 2009. Una vez más, el yoduro de plata era el protagonista. Los ingenieros del clima lanzaron unos bastones de yoduro de plata en la atmósfera para inducir la precipitación. En esta ocasión, el experimento tuvo supuestamente resultados positivos, al menos según afirmó el gobierno chino, provocando nevadas durante tres días en aquella zona, donde lo cierto es que raramente se producen y que efectivamente sirvieron para aliviar un poco la persistente sequía existente en la región. Pero no solo se han llevado a cabo esos experimentos, han habido y siguen habiendo muchos otros realizados en multitud de países. Todos ellos intentan cambiar la cantidad y tipo de precipitación mediante la dispersión de sustancias en el aire. La idea general suele ser siempre la misma: producir cristales de hielo y no solo se ha utilizado el yoduro de plata para ello, también se ha rociado hielo seco o incluso propano líquido en gas, ya que produce esos cristales de hielo a temperaturas más cálidas que el yoduro de plata, lo que facilita su aplicación en otras zonas. También se han utilizado materiales higroscópicos como la sal, que tiene la capacidad de absorber y retener la humedad del ambiente para interactuar con el vapor de agua presente en el aire y cambiar sus propiedades físicas y químicas para facilitar la precipitación. Estos experimentos no son conspiraciones, son públicos y se vienen realizando desde hace muchas décadas. No obstante, nunca han estado exentos de polémicas, ya que más allá de los beneficios que pueda aportar para e control de las sequías o la reducción de los efectos destructivos de las tormentas, hay quien cree que existe un riesgo de impacto en el medioambiente y en la salud de las personas. Lo cierto es que, según los estudios realizados, la toxicidad de los compuestos de yoduro de plata es muy baja en el ser humano. Tampoco la acumulación en el suelo o en la vegetación que se produce al aplicarlo en las nubes es suficiente como para poder tener un efecto perjudicialmente significativo sobre el ambiente. No obstante, en algunos lugares sí se han detectado algunos efectos en algunas determinados animales y vegetales especialmente sensibles. Pero no solo está el posible efecto...
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    16 mins

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