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La vida cotidiana se encuentra condicionada por el sufrimiento; la causa de ese condicionamiento es la ansiedad existencial que brota de nuestros deseos; al entender correctamente las causas del sufrimiento, podemos cesar ese sufrimiento. ¿Cómo homenaje al Dalai Lama, el autor brinda este libro liberador y esclarecedor que nos hará comprender el origen del dolor en que vivimos y como alejarnos de el."

Este libro –basado en las enseñanzas del monje vietnamita Thich Nhat Hanh– expone técnicas y métodos para cultivar la atención, la conciencia mental y la compasión. Incluye las prácticas de los temas tratados, mismos que son referencia obligada, pues cada una de éstas representa un rediseño hábil y compasivo de la mente y el corazón, cuyo objetivo es el logro de la paz interna y, por consecuencia, contribuye a la existencia de un mundo mejor.

La vida cotidiana se encuentra condicionada por el sufrimiento; la causa de ese condicionamiento es la ansiedad existencial que brota de nuestros deseos; al entender correctamente las causas del sufrimiento, podemos cesar ese sufrimiento. Como homenaje al Dalai Lama, el autor brinda este libro liberador y esclarecedor que nos hará comprender el origen del dolor en que vivimos y cómo alejarnos de él.

Este libro muestra el camino al lugar interior donde se halla la semilla de la paz, el bienestar y la felicidad; es dentro de nosotros donde están las respuestas necesarias para estar bien. Todos huimos del sufrimiento y buscamos la felicidad, pero el mundo, lleno de conflicto y vacío, nos hunde en el dolor. ¿Es posible ser feliz en un mundo así? Sí, nos dice el budismo tibetano, pues la felicidad es un estado de conciencia que logramos al superar los deseos egoístas del yo.

Éste es un libro lleno de provocaciones y verdades. Presenta una idea desconcertante para nuestra cultura materialista e individualista, basada en la sabiduría milenaria budista: para ser feliz hay que olvidarse de uno mismo y buscar la felicidad para los demás.

Nuestra tendencia natural es al sano desarrollo, a vivir una intensa felicidad. Pero creamos sociedades manipuladoras, explotadoras y patologizantes. Las personas, sobre todo en las grandes ciudades, no son afectuosas con las demás, ni con ellas mismas. Vivimos un infierno en vida, torturados por nuestros demonios de miedos y de crueldad. Es preciso exorcizar nuestros demonios para ser lo que realmente somos: hijos de Dios; seres felices y expresivos. Esta obra nos guía para hacerlo.